¿Hasta cuándo podremos decir que merecemos un "gracias"?
Antes aclaremos que el agradecimiento no se solicita ni se paga con ninguna otra acción que creamos que sea equivalente. Los favores allí están, sin dejar de tocar el voluntariado. Ser voluntario para realizar algo significa no esperar nada a cambio. Pero ¿qué sucede cuando el favor voluntario es malagradecido? ¿Acaso tenemos derecho de exigir un ínfimo "gracias"? Lo discutiremos después de la consecuente redacción.
El Sr. Villanueva se prepara un café con leche caliente. Su trabajo es mover las montañas de basura en el relleno sanitario de Tecomán. Para las nueve de la mañana inicia su ardua labor. Antes de que culmine el día, el Sr. Villanueva está de nuevo en su casa. Pero no descansa como debería, porque la huelga de sindicalizados de Tecomán que lleva más de dos años, le comienza a robar el pensamiento.
Al día siguiente antes de irse a trabajar prepara todo lo que puede: una taza de café con leche caliente. Al salir se encuentra a su vecina en un estado de intranquilidad femenina.
-¿Qué sucede?
-Mi bolso don Jorge, mi bolso se fue a la basura -afirma la señora sollozando.
Para ese instante, la señora rebusca los contenedores de basura.
-¿Cuándo? -pregunta el Sr. Villanueva.
-Ayer en la noche, estoy segura que accidentalmente mi bolso se fue entre la basura...
-Íjole doña Cleme, ayer por la noche pasó el camión recolector. Ahora mismo su bolso debe estar entre toda la basura del relleno sanitario. Pero dígame ¿qué traía su bolso?
-Traía... ¡tres mil pesos! -clamó la mujer -. ¡No puede ser!
Ante aquel lamento, el Sr. Villanueva se conmueve.
-Mire doña Cleme, yo sé qué se siente no tener dinero. Trataré de buscar su bolso entre la basura que yo remueva.
-¡Gracias don Jorge! Si usted encuentra el bolso le regalaré dinero.
Sin más, el Sr. Villanueva culminó su trabajo como todos los días, pero la noche lo sorprendió buscando el bolso de la señora. Removió basura con sus manos, escudriñó toda la basura de palmo a palmo. En verdad que era un acto sobrehumano estar hasta altas horas de la noche buscando infatigablemente. Hasta que encontró el susodicho bolso de mujer con todo el dinero. Regresó a su casa, se bañó, miró a su hija subirse a un caballito de madera, y una sonrisa se dibujó en el rostro: entregaría el bolso esa misma noche. Compraría el gas la mañana siguiente.
Lo que el Sr. Villanueva dijo esa noche antes de dormir fue:
-Me hubieran dado aunque sea 50 pesos para la soga. Y luego ahorcarme.
Efectivamente, la señora Cleme ni siquiera se tomó el tiempo de decirle "gracias". No le dio dinero, ni nada. Después de todo no hubo dinero, por dinero recuperado. Ya bien amanecido Tecomán, el Sr. Villanueva toma su taza de café frío. Se dirige a su trabajo.
¿Merecerá un gracias el Sr. Villanueva? ¿O simplemente debería olvidarlo todo?
Usted diga, lector.
Honestamente: MarioNote
Opino que el señor debió de hacer su acto desinteresadamente; pero por lo menos se merecía las gracias. Todo en esta vida se paga por esa razón tenemos que ser agradecidos porque todavía cierta persona se tomo la molestia de ofrecer su servicio quizás tuvo algo importante que realizar.
ResponderEliminarSobre eso tenemos que tomar conciencia .
Felicidades muy buena redacción.
:) hola joel.... hola maritho... :)
ResponderEliminar*clO*
Hola, buena tarde.
ResponderEliminarExactamente, el sr. Villanueva debió de hacer su acto desinteresadamente y lo hizo; pero situémonos en su lugar:
-Trabaja removiendo basura, puede hacer el favor.
-El sr. le afrece el servicio, y la señora se adelanta ofreciéndole dinero a cambio.
-El dinero, desde que se perdió, debió de considerarse perdido valga la redundancia.
-El sr. Villanueva se encuentra en una huelga que lo tiene en un estado económico donde el trabajo extra es indispensable. Si la señora ya le ha ofrecido algo a cambio, ¿por qué no aceptarlo si puede mejorar un poco la vida que le rodea al señor? Como el hecho de que tenga una niña.
-A lo mejor nunca debió de aceptar el trabajo porque la desilución lo derrumbaría. Y así sucedió.
De acuerdo contigo, todo en la vida son consecuencias. Todo se paga. Debemos de ser conscientes. Por cierto, este relato fue tomado de de una vivencia verídica que sucedió hace más de tres años en Tecomán. Los nombres son ficticios.
Tu comentario es importante. Hasta la próxima vez.
Honestamente: MarioNote
somos humanos ...
ResponderEliminara veces no nos percatamos de que aunque sea un simple "gracias" levanta el animo d las personas, que sin esperar nada a cambio, hacen cosas buenas por nosotros.
HugoBrok !
Cierto, hasta un simple gracias puede ser una gran recompensa...
ResponderEliminarSaludos muchachos!
mOmiz!