domingo, 24 de enero de 2010

Una patada al miedo


Al llegar a la casa hojeé el periódico para ver qué había de nuevo en la constancia monotonía, después de leer un artículo donde se relataba la explosión de la cohetería de Armería y del informe de la muerte de una persona (R.I.P, D.E.P) mi padre me dijo:
- mira ven y lee esto.
A la vez que mi padre extendía su mano con un periódico en ella, lo tomé, me senté y comencé a leerlo; el artículo se titulaba "Punto (.) Rojo" el cual hacía referencia a Mario Anguiano y sus primero pasos como gobernador. "Han pasado apenas dos meses y 21 días desde que el gobernador tomó posesión en el cargo y empieza a enviar señales muy claras de lo que será su sexenio"; como ya había visto algo parecido me dije para mis adentros, "gelatina de limón" cuando mi mirada pasó por lo que el escritor afirma que fue una frase de Albert Einstein que encontró escrita en un papel sobre el escritorio del gobernador un día que lo fue a entrevistar y que hace alusión a la crisis. La cita me pareció más que buena positiva, pensando en el feo carbón que se convierte en el anhelado diamante, pero el ejemplo más exacto simplemente sería: "tomar los limones y hacer limonada". Lector no crea que la gelatina de limón en conjunto con lo anterior es un mensaje subliminal contra lo poco que rinde el campo incitándolos a comprar limón. Sin mas desvíos ni preámbulos les presento el texto.

EINSTEIN.... No pretendamos que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo.

La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos.

La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar 'superado'. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.

No pude comprobar ni refutar la veracidad del autor del texto, pero lo que si les asevero es que debemos enarbolar la bandera de la positividad contra cualquier obstáculo que tengamos frente a nosotros, además el texto marca sobre su contexto algo muy revelador, nuestro principal óbice somos nosotros mismos. La cita por sí sola es reveladora y transcendente así que no agregaré nada más.

Leox

viernes, 22 de enero de 2010

Mami, me tiembla el botiquín.

Ayer 21 de enero se cumplieron siete años del sismo que sacudió a nosotros los colimenses. También, y a raíz de este aniversario, se efectuó ayer un simulacro en las escuelas, mas estoy seguro que no es fácil inventarse un sismo y salir con las manos en la nuca y en fila india sin correr para no crear pánico, ni una salida ineficaz. Pero usted estará de acuerdo que nosotros no reaccionamos así frente al peligro en persona, frente a frente, mucho menos los niños, más sensibles y susceptibles al contagio de nuestro pánico si no sabemos qué hacer. Más tardamos en salir o en colocarnos en un lugar a la intemperie que lo que dura un sismo exiguo pero fuerte.
–Cuando tiemble, sal corriendo y no te esperes por mí –dice la mamá.
Y cuando se suscita un movimiento telúrico, el escuincle sale corriendo del hogar por donde ni siquiera es la salida, sin recordar pues, el simulacro en el que participó junto con sus compañeros en la escuela.
¡Bah! En aquel sismo del 2003 casi nadie estaba preparado con su radio de pilas, su lámpara, su comida enlatada, su agua embotellada, etc., pero quizá sí estábamos preparados con un botiquín de primeros auxilios, o con una simple caja de zapatos con una botellita de alcohol, gazas, agua oxigenada, vendas, en fin, todo aquello que los padres sensatos creen que deben de tener en su hogar. Si todo esto es el hogar, ahora imagínese lo que debe haber en un centro comercial, ¡hasta una ambulancia! Pero no, la realidad es que estamos propensos a no ser atendidos rápidamente en cualquier lugar.
Sobre esto me recuerda que un día en mi ex trabajo llegó mi ex jefe con un extintor; <> pensé. Esta herramienta quedó colocada en un lugar al alcance y vista de todos los clientes. Cuando llegué otro día en mi turno, ya había un botiquín acomodado a la vista de los clientes y de la gente que pasara cerca del negocio. Ver entonces el extintor y el botiquín en mi lugar de trabajo me produjo una seguridad y una sensación de que yo sería como un paramédico en caso de un siniestro (siempre y cuando no me pasara nada), saldría corriendo con el botiquín hasta mis clientes o a quién lo necesitaría. Yo sería un héroe.
Pero el héroe se esfumó una vez que sólo por curiosidad quise ver lo que el botiquín contenía todo el tiempo que había estado allí. Cuál fue mi sorpresa al abrir el mentado botiquín… ¡no había nada! Sí señor, nada de nada. Ahora comprenderá que me sentí engañado por mi propia ingenuidad; pero me reí ante mi candor efímero desde entonces.
¡Viva la gente inocente!
Honestamente: MarioNote

martes, 12 de enero de 2010

¿Y la moral?


Con más frecuencia escucho las groserías a mi alrededor, las de mis amigos, las del trabajo, incluso las mías; pero las soporto y no las considero graves siempre y cuando no abusen y no corrompan la línea del respeto. En fin, es parte de mi vida cotidiana escucharlas más que emitirlas; como es normal escuchar a una amiga sustituir las palabras comunes por groserías.

Pero lo que me parece de verdad una grosería es que los niños de mi localidad profieran tales tipos de palabras en frente de sus padres quienes no hacen nada al respecto, y dejan la educación del niño en un “al ratito” mientras con una risita evidencian que les parece gracioso lo que sus hijos hacen.

Lo bueno está cuando el hijo insulta al progenitor:

–¡Puta! –le grita un niño a su madre sólo porque ella lo regañó; allí no les pareció gracioso. Sin embargo, el enojo de la madre no ayuda en nada y por lo tanto no resuelve el problema, y a pesar de todo deja que pasen las cosas ignorando torpemente que el niño crecerá con una boca de mala lengua.

A mí como a usted, no nos permitieron expresar tales groserías aunque hoy en día se nos salgan levemente… uno se comporta diferente en el hogar que fuera de ella, en eso estará de acuerdo. Con esto no digo que no haya familias que permitan insultar con groserías, o ni siquiera insultar, lo que sí denoto es mi preocupación por el presente de los nuevos niños que comienzan hablar pero sólo putas groserías –usted disculpará mi molestia–. Los sabios dicen: “Ya no hay moral”. Y en efecto, así que usted no se sorprenda si pasa por mi localidad y de pronto un niño lo llama pendejo o puto, sólo hágase respetar y no se deje igualar respondiendo de la misma manera; pero eso sí… no se confunda: yo no vivo en Sahuayo, Michoacán.

Honestamente: MarioNote

La sexualidad y su acto


El sexo es como la versión escueta del deseo, como un taco sin tortilla.

Desde que el hombre lúcido e ilustrado define las pasiones, ahora se considera que uno de los placeres más grandes en la vida es la sexualidad; este gozo se asocia con el acto carnal o mejor dicho sexo. Pero de igual manera los poetas miraron en aquel acto algo más profundo y decidieron llamarlo “hacer el amor”.

Entonces ¿qué es el sexo y qué es hacer el amor? ¿qué diferencia hay entre una y otra?...

La sexualidad se presenta en el individuo en un tiempo determinado según sus hormonas, es decir, el organismo experimenta cambios y esos cambios implican conocer más el cuerpo. Sin embargo en esta ocasión la sexualidad se entenderá como la relación personal o íntima entre dos individuos principalmente; y tan increíble parece que la sexualidad inicie con sólo mirar a otra persona que nos atrae, con tan sólo tomar su mano, con besarla en la mejilla, y acciones simples como las susodichas, ya forman parte de una sexualidad.

Quizá éste sea el mayor placer dentro de una sexualidad: el acto sexual. Porque tanto se habla de él, vulgarmente o amorosamente, sin pudor o con pena. Este hecho ha sido inspiración para muchos grandes poetas, y discusión para grandes ensayistas; los escritores en sus obras suelen reconocer al acto sexual como algo cotidiano, y todas las esencias que implica llevarlo a cabo, así como las situaciones que se presentan antes y después de aquel valorado momento lascivo. Sobre eso y tan sólo un ameno ejemplo de ello, es aquel que presenta Francis Clifford en su novela “amigo, amigo” en donde el protagonista al ser tentado por el deseo carnal ajeno, dice: ¿por qué no? ¿por qué demonios no?

Ahora parece que este asunto se va a otro nivel de abstracción, pues no es fácil unificar las discusiones que han surgido durante años sobre si se le llama sexo o en verdad es hacer el amor.

El sexo. Esta palabra es como un instrumento para decir que se hizo el acto sexual pero sin sentimiento de por medio. Y hacer el amor es lo contrario. ¿Es posible esto?

Si vemos las dos opciones de manera frívola podremos juzgar un ejemplo: Si una pareja tiene relaciones sexuales cuando se casan, significa que hicieron el amor, pero si una persona tiene relaciones sexuales con otra persona al poco tiempo de conocerse, significa que tuvieron sexo. Sobre esto más de uno estará de acuerdo con lo que especulé, pero por lo menos uno se dará cuenta de que no es posible juzgar atinadamente en esto, ya que es posible que los recién casados a lo mejor ni se sentían afecto e hicieron el acto sólo por compromiso… y también es posible que alguien conozca a otra persona y dentro de poco tiempo se den cuenta de que son el complemento perfecto de sus vidas, y en un día, al poco tiempo de conocerse hagan el amor como la misma pasión lo mandó; aquí si hay amor de por medio, eso quiere decir de que en el sexo no lo hay.

Entonces, pues, el sexo es como la introducción al verdadero gozo corporal y espiritual: hacer el amor. El sexo es como la versión escueta del deseo, como un taco sin tortilla. En cambio hacer el amor es llevarse el deseo, la pasión y el sentimiento al mismo tiempo, es como el sexo pero vestido de cosas idílicas. Con esto no quiero dar a entender que el sexo es malo, sólo diferencio teóricamente este dilema.

Muchos escritores han visto al sexo como una herramienta de escape, de arrepentimiento, hasta de goce máximo… muchos más sólo lo expresan con una bella depravación y lujuria, pues al igual que muchos perciben el amor diferente, con el acto sexual pasa igual.

Es necesario considerar que nunca habrá un acuerdo en si lo que se hace es un sexo lujurioso, o un sexo con una bella lujuria. Pues el deseo es una esencia de la relación en pareja, y la sexualidad es el empujón de aquello para llegar al acto sexual, posiblemente el deleite más profundo por el que muchos humanos creen vivir. Sólo basta con mirar lo que hacemos, cuando lo hemos hecho todo; sin preocuparnos por lo que debió ser, siempre y cuando aquella actitud sexual nos ha llevado a tratar de comprender lo que todos cuentan. Eso quiere decir que la sexualidad está al descubierto y depende de cada quien vivirla a su gusto, por lo menos una vez en la vida y si el destino así lo quiere. Cuando tengamos la oportunidad, bajo nuestra responsabilidad digamos como aquel individuo de la historia y toquemos algo de ese goce: ¿por qué no? ¿por qué demonios no?

Honestamente: MarioNote

sábado, 2 de enero de 2010

Otro grano de arena


Quizás la experiencia más primitiva pero perdurable y para mí jocosa fue aquella vez que iba a jugar a la unidad con mi hermano, un día de tantos que íbamos y siempre me enojaba por algún motivo; llegaba mi hermano a la casa y mi madre preguntaba
-¿Dónde está Joel?- allá viene "Quico" atrás- esa era su respuesta, siempre con una sonrisa.
Ese día íbamos llegando a la casa, como el sol ensimismaba mis ánimos compré un agua de piña (muy buena por cierto), al habérmela acabado y contrario a las ideas de mi hermano (que era pulcro con el medio ambiente) tiré la bolsa al suelo cuidando de que no me viera y así lo creí, esbocé una sonrisa de victoria y seguí caminando. A las 3 cuadras mi hermano de súbito se da la vuelta y me espeta
-Ve por la bolsa que tiraste-
-!no¡- le contesté.
Un pequeño forcejeo, una lágrima de resignación y regrese por la bolsa.
Mucho se habla sobre el reciente "fracaso" en copenhague, que sin muchos preámbulos se concluye que no se llegó a nada, pero sí hizo que más ecologistas estuvieran unidos y que nuevos se unieran a la causa.
Así como mi experiencia y la de muchos personas hace cambiar nuestra forma de vivir creando un hábito nuevo, una costumbre o una idea innovadora; nuestra propuesta y la de muchas personas que a lo largo de años han trabajo arduamente es que el cambio lo empecemos ahora, sin esperar que algo malo suceda y que tomemos conciencia, aunque al parecer eso es lo que busca la sociedad que ocurra una catástrofe y por fin venga el grito de ayuda y la mano empuñada; aun así muchas personas seguirán con sus mismas ideas pero no hay que dejarnos diezmar por estas ideas, porque sabemos que muchos aportando poco generan un gran cambio.
Cultura Efímera te invita a formar parte del cambio, para este 2010 te invitamos a que tomes conciencia y cuides tu hogar "el planeta tierra".

Leox