miércoles, 28 de septiembre de 2011

Entre culturas te veas


La cultura es todo hecho de cualquier naturaleza, dotado de significado o simbolismo, que tiene que ver con el ser humano porque sólo éste posee la condición única de ver su mortalidad y, por lo tanto, estar en la necesidad de darle a la vida un sentido de existencia anacrónica. 
 Con ‘sentido de existencia anacrónica’ me refiero a que el ser humano siempre ha querido dejar una huella que persista aun después de su muerte. Es esa lucha eterna con el tiempo, que nos desata por dentro y nos tira a la angustia.
La angustia es tan humana como la necesidad de compañía. La angustia nace nada más ni menos que por el descubrimiento de la muerte, de la mortalidad del ser vivo. Los demás animales no saben que en un futuro ellos morirán, por eso sólo viven el presente. Pero nosotros ocupamos en ‘no estar’ en el presente, porque nos detenemos en el pasado o nos preocupamos por el futuro. Este último punto cabe en otra redacción para el blog que con gusto pronto estaré compartiendo.
Regresando al tema angustioso: el ser humano empezó a ser “humano” cuando se percató de la muerte. En ese momento se crea la cultura: desde cómo se organizaron las comunidades hasta cómo reaccionaron frente a los fenómenos naturales. El miedo, la angustia, la melancolía, son apenas unos puntos claves que nos remiten a una comprensión general de las razones que tenía el ser humano para revestir el sentido de la vida; acaso como si dijeran: “Vamos a morir, hay que hacer algo”. Desde entonces representaron el mundo en pinturas rupestres, esculturas en hueso, dólmenes, pirámides, códices, y en estas creaciones proyectaron su política, creencias, sentimientos del mundo, y, en fin, cientos de símbolos.
Un símbolo es un signo (cualquier cosa que significa) que nos remite a interpretaciones varias y ambiguas. El agua bendita, por ejemplo, no es que valga más que la leche o el aceite, sino que para la tradición romana esa agua es única y arrastra toda una tradición: un simbolismo a la vez muy conocido pero no fácil de definir. Así, podemos ver más culturas.
Ante la práctica de observación hacia otras culturas, no hay otra manera que ser arbitrario: tener cultura humana es comprender y respetar las demás. Lo que recomiendan los antropólogos es negarse a la aceptación o comprensión de una cultura que denigre la dignidad humana: como la tortura o la muerte involuntaria.
De modo que, y podemos concluir amenamente: la cultura es la impronta que avanza según la historia del ser humano sobre la Tierra. Hay una diversidad de culturas. Dentro de cada cultura existe una subcultura: la cultura de la lectura, del deporte, de la convivencia familiar, etc. Todo, absolutamente todo es cultura; de allí pasamos a un valor cualitativo de una “cultura efímera”, para comprender cómo es que actúa.
Honestamente: Marionote.