Fue después de un ensayo cuando el ánimo sublevaba el espíritu, entre nosotros mismo nos alentábamos y con un "que se venga" comenzamos a tocar sin ningún fin de lucro de presunción, simplemente compartir una emoción; ser libres. Faltan 10 minutos para las 2:00 P.M. (Partida del autobús) y tocábamos la última canción, en ese momento volteé a ver a las personas que nos escuchaban y fue cuando la vi. Una chava con un aura de pensadora emanada por sus grisáceos ojos, un atractivo visual; vaya una persona que se veía interesante. Me miraba fijamente, todo pasó durante algunos segundos que reflejaron eternidad, después ella bajó la mirada, haciéndose la interesante y con un toque de coqueteo subió al camión. Al volver en mí ya eran las 2:00 por lo que guardamos los instrumentos, se escucharon algunos aplausos sinceros y nos retiramos. Como es común en mí, subí al final, así que mis compañeros tomaron los últimos asientos; quedé atónito al contemplar que el que sería mi lugar quedó justo atrás de la chava y para hacerlo más interesante ella estaba leyendo un libro.
Para entablar una plática agudicé la mirada para ver de qué trataba el libro; "Lo más cabrón para conquistar a los hombres" ese era el título, podrán imaginarse lo perplejo que quedé al leerlo.
Leox
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