viernes, 12 de marzo de 2010

Sonrisa bailarina


Hace poco –un día, para ser exacto–, presencié un ballet folklórico de Eslovaquia. El nombre del ballet no lo recuero porque es meramente extranjero, por lo tanto me parece no muy fácil evocarlo. Inicia con G; eso sí.

Primeramente, salieron al escenario los músicos, luego unas bellas damas que danzaban en el aire, con piernas de azúcar y miel; un cutis amarillo y esa mirada de nobleza y candidez.

A continuación unos muchachos güeros y con ojos de color, se presentaron de manera original, según decía su guión. Pero que los muchachos “caretones” aparecieran, provocó desaires entre toda la comunidad femenina.

Bueno, mientras el barullo se hacía cada vez más pasional noté algo sobre aquel ballet eslovaco que me haría sentir como un niño recordando que ha perdido un juguete el cual no le pudieron obsequiar. Lo expreso así porque aquellas personas sobre el escenario sonreían en todo momento. Entonces recuerdo cuando mi ex-profesor de danza dijo un secreto:
–Cuando bailen, tengan siempre una sonrisa dibujada. A veces, en un concurso se califica más la expresión, que los pasos más marcados sobre el piso.

Entonces decía que mostráramos una alegría, que el nerviosismo de una primera vez sobre el escenario, o una de aquellas ocasiones con diferente público. Rememoré esto, como un niño. No cabe la más ínfima duda de que aquel ballet folklórico eslovaco demostró aquella teoría grandiosa de mi ex-profesor de danza. Para ese entonces, era tres años más efebo.

Concluyo: Eslovaquia nos muestra un fragmento de su cultura; una danza impetuosa digna de reconocerse… no por sus bailarines, sino por la manipulación de su baile.

Honestamente, y después de tanto: MarioNote

2 comentarios:

  1. hay perO pz ahunqe zolo ezten fingiendo pz zii
    ztan zupeer guapoz jheee zaLudOzz :D

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  2. HOLA
    DE TODAS MANERAS AL FIN Y AL CABO TU TAMBIEN VEIAS A LAS CHICAS QUE TE PREOCUPA
    SEGURAMENTE TODOS ERAN ATRACTIVOS(AS) ESO NO SE VE A DIARIO

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