jueves, 30 de junio de 2011

¡Ahi TVeo!

Mucha gente cree que los valores se aprenden en la televisión; es más, ni lo piensa, simplemente se sientan a ver y ya. Hay programas –se dice– educativos o respetuosos cuando, en horario familiar, ofrecen cualquier tipo de violencia en la pantalla. Parece que el problema es lo que se ve y cuánto tiempo se le dedica.
Hay progreso, nuestra gente va creciendo: frente al comedor de cada hogar hay una televisión a color. La familia se reúne para ver las noticias, luego un programa de concursos y luego las telenovelas (huy, qué buenas están ahora). En promedio son diez horas que el televisor está encendido, plagado de anuncios maravillosos que nos hacen comprar lo que no necesitamos. Y si nos vamos a descubrir la otra cara de todo el asunto televisivo, tenemos lo que a continuación expongo. Hablaré de las dos potencias de transmisión televisiva en México sin cable (yo tengo una antena que no raja); ya saben de cuáles hablo.
·        Noticias: nos informan de lo malo que sucede en todo el mundo, y de cosas menores que a nadie nos importa: como si un alemán afirma que escuchó a su perro decir: “ay mamá”. Cada año, los noticieros trasmiten reportajes siempre de lo mismo: el día de San Valentín, Reyes Magos, los gastos de Navidad, y todo lo demás. Cuando hay una desgracia de la naturaleza, pretenden tener las tomas que sean más terribles para ganar audiencia. Y algo es seguro de todo esto: las grandes empresas (política o el osito 'Chimbo') manipulan los hechos de las noticias. Lector@s: todo es por conveniencia, política, y el ‘disque’ control de la gente. (Tómese el ‘disque’ como sinónimo de ‘según’).
·        Telenovelas: siempre es lo mismo, el malo recibe su merecido, se casan y al final hay un hijo que grita ¡gaviota! Muestran historias fantasiosas, relatos que sólo le pasan a los muy ricos (sólo vean los escenarios en los que graban los capítulos); cuando hay una muchacha muy humilde, a los pocos capítulos ya se acostó (disculpe la expresión) con dos muchachos que angelicalmente le gusta, ¡ah!, es que estaba confundida. Parece que México tomó la manía de reproducir otras telenovelas que ya fueron creadas en Latinoamérica (‘Bety la fea’, por ejemplo, o esa de Gaviota), sólo que fútilmente. En fin, de las novelas no se puede extraer valores: nada de nada; es un entretenimiento que se olvida en la otra telenovela que inicia y termina completamente igual.
Pero bueno (cara de aceptación contra la voluntad), el problema radica en que no quieren que pensemos. No esforzamos nuestra mente para saber lo que sucederá al final de la telenovela: siempre es lo mismo. Al gobierno –sí señor, hablo de política– no le conviene que el pueblo piense, por eso nos enlodan con las mismas historias una y otra vez. Es la misma gata más revolcada que nunca.
Lo más triste es que con eso pretenden educar a los niños de ahora. No hay para dónde hacerse uno. El consumismo es el emblema del comercio negro que la fábrica de los deseos (la televisión) nos hace digerir con la vista. El cerebro pareciera que se manda con el control remoto y nuestra alma conectada con el existir de la transmisión, pues si se va la señal nos enfadamos. Haga usted la prueba.
Es un enigma encontrar la solución a esto, que además sea viable realizar en nuestros días, en una sociedad que trabaja como esclavo para comprarse un teléfono celular que, además de comunicarnos, nos hace invertir más de lo que cuesta. Y nos damos cuenta, y dejamos que pase. Que sea entonces la televisión, otro hijo más en la casa mexicana, o en el mejor de los casos que ésta nos adopte; aunque como dije al inicio: el problema radica en lo que se ve y cuánto tiempo se le dedica.
Honestamente: Marionote.

5 comentarios:

  1. Tenia rato qe no me pasaba por aqí. Ya vi las dos ultimas publicaciones.
    Acaso hay guerra allá afuera y yo sigo aqí adentro viendo Tv (8) -canción de DM.

    aparte de la represión a pensar, Se dañan ellos mismos. Bueno no hablemos de los conductores en sí. Un ejemplo Laura ( qe pase el desgraciaoo! ) las pobres familias van a que se burlen de ellos mismos, en lugar de ayudar según ella.
    Los programas donde ponen a cantar a los niños o bailar, y el público nada más se ríe por la forma tan "chistosita" que lo hacen. Tmb los dañan a ellos, en ocasiones los obligan.

    Sin duda los tiempos cambian.

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  2. En completo acuerdo, solo que hizo falta hacer mención al fútbol... mi papá puede estar horas sentado frente al televisor viéndolo y cuando le hablamos no nos presta atención :(

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  3. ¡Que pase el desgraciado! Puro teatro ¿lo has notado?, lo que todavía es mayor humillación a la dignidad humana.

    Dicen que México es el único país que se paraliza por un partido de futbol. ¿Apoco no?

    Saludos. Marionote.

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  4. viendo un lado bueno de los partidos, (hablemos de lo mal y lo bueno) te olvidas de los problemas. Problemas como violencia.

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