miércoles, 15 de junio de 2011

Giannini: una filosofía para lo cotidiano


 A continuación hago una síntesis de la filosofía del chileno Humberto Giannini acerca de lo ‘cotidiano’ y el ‘tiempo común’. Expongo lo que mi fatigada memoria recuerda, tratando de ser lo más fiel posible.
 
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Además de lo cotidiano, Giannini concentra una Filosofía del Lenguaje, pero sólo abordaremos lo que nos conviene: el primer punto; y de ahora en adelante trataremos en términos a la vida cotidiana como: lo que pasa cuando no pasa nada. Cuando nos damos cuenta, esta cotidianeidad produce más efectos irritables y decimos que: el tiempo es circular (porque siento que ya viví el presente); los sueños se repiten; o en su caso, la maldita rutina me tiene cansado. A todos nos pasa dado que lo cotidiano es inevitable. Veamos una rutina sencilla:
*Despertar – desayunar – ir al trabajo – recibir órdenes – comer – recibir órdenes – regresar a casa – ver TV – cenar – dormir*…etc.

O en pocas palabras, la rutina es: Casa – Calle – Casa. Es probable que algún lector recuerde su rutina muy fácilmente, pero entonces ¿por qué vivir así? Bueno, dice Giannini, hay dos lugares que rompen la cotidianeidad. Estos dos lugares son el baño y el bar. Abordaré solamente el bar.
Recordemos que vivimos en un gran remolino de información y rapidez; nos olvidamos que las experiencias humanas se encuentran a un paso de nuestra existencia. Quizá nadie se habla porque a los desconocidos no hay que hablarles, pero ¿cuántas veces no he sido un desconocido para otros? Toda la vida. Nadie le tiende la mano a la familia que de lejos se le echa de ver que trabaja en el campo, o el jefe no habla con sus trabajadores. Pero en el bar desaparecen los desconocidos y no hay estratificación social. El punto de encuentro para romper la rutina es éste: el bar, como una plaza, como un escape para salir del remolino.
En el bar existe el ‘tiempo común’. Este tiempo se refiere a la disponibilidad que hay de unos para otros, es decir, yo rompo los prejuicios y convivimos como los humanos que somos, y que necesitan comunicarse. En esos momentos no existen los estratos sociales, el jefe puede estar conviviendo con sus trabajadores; tampoco hay tiempo, porque de un momento a otro ya pasó bastante (como cuando platicamos con alguien y simplemente sin darnos cuenta ya pasaron varias horas). Así rompemos la rutina.
Me preguntarás, ¿necesariamente debe ser el baño o el bar lo que rompan la rutina? Claro que no, podría ser un diálogo en un café o en el receso con tus colegas por ejemplo; lo que más incumbe es la reunión. Pero lo que se dice es lo más importante, pues hay una diferencia entre el ‘parloteo’ y en verdad un ‘acto del habla’.  Parlotear es hablar sin sentido, chismear, con eso pongo una línea divisoria muy clara entre la verdadera acción de hablar.
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Sólo he abordado un poco de lo mucho que podría comentarse acerca de esta filosofía actual. La ‘búsqueda del tiempo común’ lo reflejo en la redacción que antecede este artículo, en donde una lectora efímera pidió que se explicara un poco más de la filosofía de Giannini. Son gratos todos los comentarios de cualquier índole o naturaleza porque nos hace pensar que algo de aquí ha sido leído. La invitación aún queda abierta para quienes deseen reunirse y dialogar, a lo mejor en estas vacaciones, logrando entonces converger los pensamientos a una Cultura Efímera.
Honestamente: Marionote.

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