Es indudable –y los españoles no
pudieron arrancarlo de la historia mesoamericana– esa devoción que existía
entre el hombre y el medio natural que lo rodeaba. La naturaleza, con toda su vasta
expansión de vida, era como la madre primera y última de los indígenas; todo se
regía alrededor de ella: los dioses tenían una función especial en el medio
ambiente, los hombres tenían una relación estrecha con un animal según el día y
hora que nacían, en pocas palabras: la naturaleza era metáfora viva, en ella se
componía la poesía.
Los
recopiladores españoles, ya lo dice Miguel León-Portilla en colaboración con
Shorris E., contaminaron la esencia de la literatura náhuatl,
interpretaron desde un punto distinto los tlahtolli
(la palabra), y entre cada traducción o transcripción siempre hubo algo que
se iba quedando; pero se acepta que en tales condiciones, la recopilación de
los evangelizadores era la única manera de preservar el recuerdo de toda una
cultura ajena al mundo occidental. Los frailes Andrés de Olmos y Bernardino de
Sahagún desempeñaron este arduo trabajo de conservar y plasmar desde un inicio
los comportamientos de los indígenas, con el fin de
mostrarlo al mundo hispano que se encontraba en otro continente.
Entre lo que aún
se conserva después de varios siglos de desinterés, está el cuícatl; cuícatl significa canto. Ciertamente los frailes
reconocieron que no era lo mismo transcribir los cantos de los nahuas que
presenciarlos en un verdadero rito, para así comprender mejor la función de
esta actividad cántica (aunque algunos cuícatl también eran acompañados también
por el baile, por danzas). Miguel León-Portilla hace una buena observación en
cuanto al significado general del cuícatl, pues veo que él lo define, y así es
en todos los estudios, como un sustantivo y no un verbo, es decir, no se trata
de una práctica solamente, sino de todo lo que arraiga la metáfora cuícatl: 'canto', 'himno', o 'poema'. Y por poema entendemos, si referimos a Octavio Paz por ejemplo, que es
aquella creación versada que tiene una mención, imagen y sentido, fundada en un
ritmo; cita válida porque León-Portilla reconoce a los cuícatl como esas creaciones poéticas “dotadas de ritmo y medida”. Si se habla de poesía, entonces el cuícatl nos habla
de algo entre sus expresiones. Buena suerte lectores efímeros.
Honestamente: Marionote Valencia.