–Cuando tiemble, sal corriendo y no te esperes por mí –dice la mamá.
Y cuando se suscita un movimiento telúrico, el escuincle sale corriendo del hogar por donde ni siquiera es la salida, sin recordar pues, el simulacro en el que participó junto con sus compañeros en la escuela.
¡Bah! En aquel sismo del 2003 casi nadie estaba preparado con su radio de pilas, su lámpara, su comida enlatada, su agua embotellada, etc., pero quizá sí estábamos preparados con un botiquín de primeros auxilios, o con una simple caja de zapatos con una botellita de alcohol, gazas, agua oxigenada, vendas, en fin, todo aquello que los padres sensatos creen que deben de tener en su hogar. Si todo esto es el hogar, ahora imagínese lo que debe haber en un centro comercial, ¡hasta una ambulancia! Pero no, la realidad es que estamos propensos a no ser atendidos rápidamente en cualquier lugar.
Sobre esto me recuerda que un día en mi ex trabajo llegó mi ex jefe con un extintor; <
Pero el héroe se esfumó una vez que sólo por curiosidad quise ver lo que el botiquín contenía todo el tiempo que había estado allí. Cuál fue mi sorpresa al abrir el mentado botiquín… ¡no había nada! Sí señor, nada de nada. Ahora comprenderá que me sentí engañado por mi propia ingenuidad; pero me reí ante mi candor efímero desde entonces.
¡Viva la gente inocente!
Honestamente: MarioNote
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