por
Marionote
Valencia
esta redacción se la dedico a
Paola, hermana mía,
lectora asidua
El tiempo, ¿qué es el tiempo? No hay por
qué fatigarse tratando de definir o encapsular su esencia en exhaustivas definiciones. El
tiempo puede ser una entidad invisible que, sin duda, desbarata todo cuerpo que
pase a través de los minutos. No hay definición, pero sí hay aspectos por los
cuales conviene reflexionar ahora; por ejemplo: pensemos en el valor que uno le
concede a los hechos cotidianos y cuánto tiempo se le invierte a cada uno de
ellos. En cuanto a las relaciones humanas, comúnmente se dice: “Hazme un lugar
en tu agenda” o “¡A ver cuándo concordamos en horarios!”. Sí, la agenda es un
instrumento que sin duda tiene qué ver con el tiempo.
La funcionalidad de una agenda, ese
artilugio que marca las responsabilidades de tus horas, radica en la limitación
del tiempo compartido. Como tienes una vida fugaz, con tu agenda eliges y
diriges las oportunidades que tienes para alcanzar la satisfacción; así
agendarás para mañana algo que te agrade, y no algo que te destruya. Los
insensatos y/o pesimistas programan la agenda de mañana con porvenires vanos,
ellos encuentran muy fácil dejarse llevar por la corriente de pasividad que
trata de asechar a todos y, por cierto, no discrimina.
Pero antes, concordemos en algo: todo
necesita tiempo; el perezoso, por ejemplo, necesita tiempo del cual, busca, no
hacerse responsable. Las agendas las hay para todo tipo de labores y actitudes.
Por más que se ajusten las cuentas horarias, tal parece que el tiempo no
alcanza para hacer todo, y es allí cuando se le cuestiona al haragán: ¿cómo puedes vivir sin hacer nada? Primero,
ésa no es vida: vivir a merced de los demás es una manera de desquiciar y
desvalorar el tiempo.
También, actualmente las horas de los
días parecen no alcanzar para llevar a cabo un sinfín de proyectos personales. Yo
sugiero lo siguiente: no agendar nada, así es, porque sólo se agendan las cuestiones
superfluas. Agendar un diálogo íntimo sería como enjaular los sentimientos,
predisponer plásticamente lo que tiene su propia lógica; los sentimientos no responden
coherentes a emociones prefiguradas. Yo creo que los verdaderos objetivos se
construyen día a día, y son tan naturales nuestros esfuerzos que no nos parece
extraño tener expectativas inherentes a nuestro vivir cotidiano.
El sabio comprende que su mañana es
dudoso, por eso vive su presente pero con la templanza de quien sabe esperar; es
un salvajismo vivir sólo en el presente, caer en el arrebato como si no
entendiéramos que hay aspectos tan humanamente ineludibles. Dice el poeta Jaime
Sabines que uno nace para morir a diario, entonces ¿para qué profanar los días
con agendas mecanizadas? Sí, lo sé, hay veces que sobre nosotros se plantan
asuntos de enorme gravidez, angustiantes, pero hay maneras de solventar esos
momentos que uno nunca planea; una manera de resolver estos embrollos es encontrando
una forma de purificación: Jaime Sabines lo hizo a través de la poesía cuando
tuvo que hablar sobre la muerte de su padre.
La mejor agenda que se pueda tener,
creo, es aquélla en la que no es necesario apuntar nada. Deja la agenda para
las labores necesarias, para tu escuela o para tu trabajo; cuando estés a punto
de programar un encuentro, mejor deja la agenda y sal en busca de otras
personas, quizá de las que ya conoces y necesitan, como tú, un simple gesto
para saber que siempre “allí estamos”. Muy simple, muy complicado. Nada del
otro mundo. Si quieres manifestarle tu amor a otra persona, dedícale tiempo,
sea quien sea. Buena suerte mi lector efímero, honestamente.
Estimado señor Mario:
ResponderEliminarLe confieso que hace unos días di con este blog y me he tomado la libertad de leer varias de sus entradas, debo admitir que siempre me deja con un buen sabor de boca y sobre todo siempre me hace reflexionar acerca de los temas que escribe. Éste es mi favorito.
Espero que siga con este ejercicio, ya que es muy agradable leerlo y reflexionar con usted.
¡saludos!
Un gusto saber que así sea, y expreso mi sentimiento de sorpresa. Al mismo tiempo hago la invitación para que compartas tu opinión, dialoguemos. Como bien observas, son ejercicios; en este caso, direccionados al comentario sobre la cultura.
EliminarSaludos, nos estamos leyendo.
Mario Note, honestamente.