por Juan Ernesto Corona
Maldonado
El que no se adapta al cambio
simplemente no progresa y desaparece
Que
las victorias no se te suban a la cabeza, y que las derrotas no se te queden en
el corazón: Cuando las personas comienzan a triunfar,
a veces tienden a resaltar su ego. La persona deja de ser aquélla que era
cuando no tenía nada, al mismo tiempo que olvida lo importante que es ser
humilde con los demás y consigo mismo. Tal vez algún día vuelva a ser lo que
era antes, y con ello valore lo importancia de la humildad. Por otro lado, hay
ocasiones en que las personas no pueden tener éxito en lo que desean y se toman
muy en serio las derrotas; en
este caso, empiezan a decaer, en lugar de reflexionar sobre lo que hicieron mal
y proponerse no cometerlos nuevamente, luchar por lo que es necesario y
deseable hasta conseguirlo. Al final de cuentas, el sacrificio y desgaste será
bien recompensado con el triunfo.
A
veces se gana, a veces se pierde, pero siempre se aprende: Cuando
la vida te pone pruebas, podrás acertar, y ello debe dejarte una experiencia
que recordarás para volver a hacerlo bien. Por otro lado, cuando
los errores aparecen y te equivocas, el resultado es diferente a la expectativa
que tenías, aunque la enseñanza es mayor porque la próxima vez, en una
situación parecida, sabrás qué hacer y qué no hacer para tener un buen
desempeño; todo esto gracias a la experiencia que fuiste adquiriendo, al dejar
de cometer ciertos errores para cometer otros nuevos. El objetivo es que entre
más pruebas tengas, más rápido aprenderás de tus esfuerzos.
Me dejaste sin palabras. Lo has dicho todo, compañero. Es la pura verdad y si, aprender de nuestros errores es la mejor opción en la vida.
ResponderEliminar¡Saludos!
Atte: Kimberly
Hay dos cosas que mencionas en tu texto que me parecen de suma importancia. La primera es la humildad, estoy totalmente de acuerdo en que el hombre debe mantener por sobre todas las cosas humildad y también concuerdo contigo en que tenemos que aprender de nuestros errores siempre.
ResponderEliminarMuy buena tu reflexión.
¡Saludos!