viernes, 23 de agosto de 2013

La automatización de las sonrisas

por Itzayana Delgadillo


Me he dado cuenta de que mi vida es una completa rutina; sí, suena horrible, pero supongo que no debo ser la única en vivir esta situación.

En nuestra vida diaria ya todo pasa de manera automática, todo es para nosotros un proceso tan natural como respirar. Sé que suena aterrador y, de hecho, la idea no me agrada, pero debemos aceptar que la mayoría de la gente vive envuelta en la rutina.

La rutina es problema cuando se vuelve un círculo vicioso y, con el paso del tiempo, es imposible darse cuenta de nuestra inmersión en ella. En la actualidad estamos tan acostumbrados a ver y oír tantas cosas, ya nada nos parece nuevo. La violencia, por ejemplo, se volvió tan común y frecuente (al menos en México) que muchas veces no la consideramos como un hecho pernicioso. Nos acostumbramos a escuchar y leer acerca de las guerras, del hambre y de la pobreza; todo esto ya forma parte de nuestra vida diaria.

En algún momento perdimos nuestra capacidad de asombro, y en particular se lo atribuyo, de cierta forma, al avance tecnológico, pues la tecnología se vuelve cada vez más predecible. Gracias a dichos avances no permitimos que una tormenta nos sorprenda, ya no salimos a mirar las estrellas (ahora algunos prefieren mirar fotografías de ellas). Nuestra vida consiste en tomar miles de fotos, enviar millones de mensajes y hacer amistades virtuales.

Después de todo, nuestra capacidad de relacionarnos con nuestro entorno ha disminuido. Ejemplo claro de esto, y a mi parecer uno de los más importantes, es nuestra capacidad de relacionarnos con el lenguaje de la palabra. Considero que actualmente  muchas de las palabras de nuestra habla han perdido su significado real y, en consecuencia, adquirido uno virtual.

En las caricaturas de la televisión la violencia y la muerte son representadas de forma natural y reversible, ya que cuando un personaje sufre algún accidente o muere en algún episodio, en otro aparece recuperado, íntegro. En la cotidianeidad, cuando leemos los encabezados de los periódicos pensamos primero en ma’, otro muerto, pues la palabra muerte perdió su significado real para nosotros, resultado de la costumbre, la rutina.

Es necesario que recuperemos nuestra capacidad de asombro; estoy segura de que el mundo tiene demasiadas cosas para sorprendernos. Es preciso restablecer nuestra relación con el entorno, con las demás personas y con el lenguaje. Por eso trata de escapar de la rutina, permite que la vida te asombre, y no permitas que tu sonrisa suceda en automático.

No hay comentarios:

Publicar un comentario