jueves, 13 de noviembre de 2014

De la roca el sabor del fuego

por Rafael Frank


Un parámetro de geometría fugaz son los dos giros que da la llave, la puerta se abre y brota el maullido de un bengalí. Al fondo espera una sopa incontrolable, es el cráter de un volcán que durmió en el hielo con los mamuts y los avestruces. Voy, recorro los caminos rectos, allí, en el vacío austral se muestran las escamas luminosas de serpientes que nacieron entre uvas y diamantes.

Hay más, es el fuego la roca donde emanan cantos y sombras adormecidas, caen en el sueño vencidas por una armonía de crujidos circulares, los sonidos caben en el suelo como huellas espirales.

Los únicos pasos que escuchamos son las gotas de un líquido vaporoso al caer en un jarro, su humo desaparece, es la frecuencia redonda que impacta contra ángulos que parecen infinitos al tocarse.

Son los puntos luminosos que abren sus manos para cobijar la roca del fuego. Aquí no se toca la luz, canta.

1 comentario:

  1. El sabor del fuego abrasa el sentido. Me gustó, gracias por compartir tu texto.

    ResponderEliminar