por Mario
Note Valencia
“Ha llegado la hora del juicio final
y voy a pronunciar mi sentencia”
Friedrich Nietzsche, El Anticristo, 1888
Este próximo 30 de septiembre de 2015 se cumplen 127
años de la promulgación de la nueva era según Nietzsche, el primer filósofo que
dedicó hasta sus últimos momentos de vida los esfuerzos intelectuales para el
desarme de las ideas decadentes del cristianismo. Descubrió, por ejemplo, que
la moral cristiana había viciado, desde la muerte de Cristo, muchos aspectos de
la idiosincrasia Occidental; esta moral está basada en valores decadentes de la
modernidad, como la pobreza del espíritu, la inclinación a la fe, la humildad
perniciosa, el mundo aparente, las idea del más allá y de que existe algo
(consecución de Platón) después de la corrupción orgánica del cuerpo. No existe
el idealismo, no existe el mundo de las ideas.
Sentenció que: todo aquello que
atenta contra la vida auténtica debería ser extirpado del mundo. Entre muchos
aspectos, esta decadencia invisible en los vicios concretos del acto permeó al
individuo moderno que, como puede atestiguarse, siguió durante todo el siglo
XX: la enajenación de la voluntad de poder y la pérdida de las ganas de vivir,
es decir, el nihilismo y el pesimismo. Expuso y expulsó a los simples ateos y a
los anarquistas de su filosofía, al compararlos con su principal enemigo: el
cristianismo.
Nietzsche agregó a su obra El Anticristo, como colofón, “La Ley
contra el Cristianismo” (algunas ediciones en español no la incluyen). La Ley,
constituida por siete artículos, es por lo demás su lucha personal y su modo
radical de asistir su filosofía para provocar retazos de nueva filosofía, la
filosofía de los hombres del futuro.
Lo que nos importa es recuperar
la fecha que propuso para emprender el proyecto de su Ley: el 30 de septiembre
de 1888 (según el calendario gregoriano y vigente hasta el día de hoy). Por lo
que, en otras palabras, estamos a punto de entrar al año 127 desde el primer
día en el que se vislumbró la venida de los espíritus libres. Los espíritus
libres evocan a Zaratustra por sus cátedras radicales, desprovistas de
fanatismo, inmorales y malvadas.
A pesar de que Nietzsche
escribió su Ley a partir de “Guerra a muerte contra el vicio: el vicio es el
cristianismo”, lo cierto es la lucha general contra la decadencia. Para seguir
el proyecto haremos una fiesta dionisiaca.
Mi propuesta: el Día de la Nada.
Una reunión dionisiaca de espíritus libres, en
honor a los valores superiores griegos, en cualquier parte del mundo este 29 de septiembre de 2015. Quedan
excluidos los espíritus decadentes, los viciosos y unilaterales; también los
fanáticos y los pertenecientes a grupos sociales que sostengan el pesimismo;
así como todos aquellos que al ver un aforismo de Nietzsche se sintieron
sacudidos y abandonaron el proyecto; aquellos que no pueden viajar solos y
aquellos que han malinterpretado su filosofía (incluso si se tratara de
artistas, escritores, doctos y longevos); en fin, aquellos que sufren de
ineptitud intelectual, muy a pesar de sus títulos e influencias.
A este día, 29 de septiembre, lo
llamaremos el Día de la Nada. Día de la Nada porque hasta los últimos segundos
de esa jornada el nihilismo será
suspendido. El nihilismo, bastardo de la filosofía, consejero de todos los
valores decadentes, será destruido en la renovación del ciclo para el nuevo año
127: 30 de septiembre de 2015.
El 30 de septiembre rememoramos
el nacimiento del nuevo día, como el de Zaratustra al resurgir de las montañas.
Deberá buscarse, a toda costa, romper con el eterno retorno: cada año deberá
ser distinto y conseguir en vida que la transmutación de los valores sostenga y
procure los nuevos valores que deberán establecerse como el único ambiente
posible para el nacimiento de los espíritus libres.
Hemos dejado pasar más de cien
años hasta ahora. Es hora de que todos sepan que “Dios ha muerto y nosotros lo
hemos matado”. Por consiguiente: deberíamos estar a la altura de los dioses
para desarrollar una verdadera Voluntad de Poder.
En el próximo Día de la Nada
publicaré en este mismo espacio una Declaración para quienes tienen el
privilegio de festejar el nuevo año 127.
Mario Note Valencia
La Cultura Efímera
Alcuzahue, Colima a 18 de
septiembre del año 126
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