por
Mario
Note Valencia
La Cultura Efímera no es sólo un
entretenimiento intelectivo, sino una forma de esclarecer conciencias y activar
el pensamiento crítico. A través del humor y de las experiencias cotidianas,
propone el ambiente para la reflexión acerca de cómo intervenimos en el mundo.
Ha sorprendido la noticia sobre el desalojo
inadecuado, por no decir forzoso, que tiene que llevar a cabo la Editorial
Praxis. Extiendo mi apoyo a Carlos López, que durante más de 30 años ha dirigido
su editorial, y cuya independencia se enfrenta al desmesurado mercadeo de la producción
literaria por las grandes cadenas de librerías comerciales e instituciones del
Estado represor.
En mi primera visita a la Editorial
Praxis, calle Vértiz 185, col. Doctores, Distrito Federal, fui bien recibido
durante tres semanas para conocer cada espacio que ocupaba su proceso editorial,
y por otro lado para poner en práctica mis primeros pasos de editor aprendiz. Mientras
iba y venía del hotel, o caminaba por la ciudad, el maestro Carlos y sus
compañeros, cada uno con su talento, me invitaron a asistir a cualquier
horario; tan pronto como me pareció la idea, me indicaron los días y horas en
los que estaría cada uno de ellos para que, si deseaba, interviniera un poco en
el proceso.
Desde el primer momento, el lugar me
pareció acogedor e idílico. Para entrar al corazón, se pasa por un pasillo que
da a un patio oblongo de cemento, común en una vecindad de ensueño urbano. Las instalaciones
ocupan varios departamentos de la vecindad. Después de la puerta, la Editorial
desata a quien entra bajo cualquier expectativa. Libros en estantes, como
grandes pilares bien ordenados en un laberinto de conocimiento, cultura y poesía,
sobre todo; por todas partes pinturas de todos los tamaños. Más al fondo, en el
recibidor, la mesa de trabajo, los paquetes de libros por enviar, los
compañeros que laboran con Carlos López.
En mi recuerdo sigo recorriendo ese
paraje literario. Llego a una especie de sala rectangular, con no menos
pinturas y libros, desde donde se vislumbra, a unos cuantos pasos, una cocina
adosada. Un año después, durante una visita fugaz a la ciudad, por suerte
encontré al maestro Carlos. De inmediato me invitó a pasar y a beber café en esa
pequeña pero agradable cocina. Conversamos. Entonces confirmé algo para mis
adentros, y que explica por qué no tomé ninguna fotografía de los interiores
habitacionales: por algún motivo demasiado fuerte, por la influencia transgresora
que me habitó, no deseaba profanar su ámbito.
Hoy, sin embargo, las imágenes públicas de
las instalaciones muestran otra realidad: después de desalojar a 18 familias de
la vecindad, la constructora ABEC continúa demoliendo muros aun cuando hay
trabajadores de Praxis dentro. Todo apunta a que el traslado de la Editorial es
inevitable, pero las formas "legales" no han sido las adecuadas. De
acuerdo con Carlos López, no está en contra del desalojo sino de la forma inoportuna
como han actuado los agentes implicados; un punto clave es lo que marca la
licencia para la demolición que le presentaron y en la que se miente sobre la
desocupación total de las instalaciones.
La Editorial Praxis es actualmente una de
las pocas resistencias independientes en México. La situación por la que pasa es
un llamado de emergencia para no perder de vista que el Estado mexicano chapotea
en los albañales de la corrupción, en la podredumbre de su sistema.
Mi apoyo al maestro Carlos López y a sus
colaboradores cercanos.
La Cultura Efímera se suma a la denuncia
pública.
06 de agosto de 2015
Alcuzahue, Colima
Es hermoso tu texto, poeta, amigo entrañable. Abrazos, con mi gratitud infinita.
ResponderEliminarAlcuzahue.
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