miércoles, 3 de julio de 2013

Las líneas de los mapas

por Mario Note Valencia


Las líneas de los mapas indican una ruptura, casi siempre imaginaria*, del terreno. Más allá de fragmentar la visión del lugar y debatir contra ello, confieren un sentido de estadía; de manera que podemos decir: “antes estaba allá, ahora estoy aquí”. El “allá” y el “aquí” casi siempre, también, son espacios trazados por líneas. Cada lado de la línea adquiere color y tono propios. La cerca de madera que puede existir entre los patios de un vecindario, puede ser el ejemplo más próximo a esta visión. El pasto recortado de un lado de la pequeña muralla, no se atiene al crecimiento silvestre que sucede del otro.

Para intensificar el trazo sobre los mapas, basta con construir una barrera. Las casas están construidas sobre un proyecto arquitectónico previamente acordado. Las habitaciones por lo general tienen su propio aire, su propio color y tono, dependiendo de quién la habite. Por eso, en un espacio en donde lo público es riesgoso, lo privado se vuelve esencial; lo privado no se gana, se construye, y la exclusividad, por ejemplo, comprende desde cerrar la boca para comer, como dormir con la puerta cerrada para que nadie entre mientras el cuerpo resbala en movimientos caprichos e imprevisibles.

A mayor escala hay líneas sobre mapas que más bien parecen cicatrices. Las cicatrices, como las líneas, también son imaginarias; sin embargo, la herida intensifica más el espacio que el sensible dibujar de los territorios. Hablar de territorios es hablar con la conciencia inmediata de fragmentos, porque es muy difícil saber cuáles fueron las causas primeras que conducen a la separación cultural.

La ciudad de Tijuana me dejó en un principio con el espejismo de una frontera franqueable, a tal grado que abandoné los mapas para recorrerla, cuando se pudo, en automóvil. Hubo una línea, sin duda, que se impuso con violencia a todas las líneas de mapas que conocía hasta ese momento. El camino a las playas me condujo paralelo al muro que define dónde termina México y dónde comienza Estados Unidos. Quizá, por conveniencia, sea necesario adoptar a esta línea como la cicatriz de dos territorios, y contar con que, la frontera norte de México no es donde termina, sino donde comienza; quizá sea necesario voltear hacia el sur, o a cualquier otro lado, y pensar por un momento que se trata de una enorme cerca que divide dos patios distintos, y no una pared que divide habitaciones**. Honestamente.

Notas:
*Imaginaria porque las líneas concretas pertenecen a las realizadas por la propia naturaleza: las costas del océano, el trazo de un río o los muros erigidos por caprichos territoriales.

**Las culturas como habitaciones del mundo puede ser una macro-concepción de las líneas divisorias.

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