viernes, 12 de septiembre de 2014

12. Patriotismo en redes sociales (o cómo sobrevivir al mes patrio)

por Mario Note Valencia


En estas fiestas patrias no faltará el curioso cibernauta que, en las redes sociales por ejemplo, haga saber su patriotismo publicando una serie de imágenes alusivas al grito de independencia o a un simple ¡Viva México, campeones! Hay dos elementos, por cierto, que me llaman la atención: las redes sociales y el sentido de dar a conocer el patriotismo.

Decir las “Redes Sociales” es una manera sencilla y desinteresada de englobar a las plataformas informáticas cuya finalidad es comunicar “virtualmente”. Al decir virtualmente atendemos al significado de la palabra “virtual”, es decir, aquello que se parece a la realidad pero que no lo es.  Las Redes Sociales no son mediadoras de la comunicación y no deben por qué sustituir a la comunicación auténtica.

Dar a conocer el patriotismo implica, al menos en México, adoptar el fetiche de la bandera y de los colores verde, blanco y rojo. A esta indumentaria caricaturesca sólo le hace falta una persona que la habite. Las fotos, suponemos, abundarán en las Redes Falsas-Sociales.

Pero también hay otro tipo de atavío que no implica usar ropa: las canciones populares o mexicanas. Supongo que escuchar a Lila Downs y a Pepe Aguilar nos ayuda a soportar la economía que sobrepuja en nuestras familias, así como justifica el trabajo duro en el campo, la violencia ejercida por el Estado (el Estado mismo ofrece conciertos patrios para todo público). Supongo que todo esto se eleva a un grado divino, a los Santos Patronos que no nos abandonan nunca aunque nos vaya mal, muy mal, en el corte de limón.

También supongo que dar el grito en familia une y desdibuja diferencias, que una cerveza comunica y acerca tanto como las Redes Sociales, hace posible ese grado comunicativo de los tímidos, de los reclusos en el imperio de lo visual.

Por último, pronostico que no faltará quién, por supuesto, neutralice el problema. “Hoy no hay que pensar, vamos a dar el grito y ya…”, “Malditos intelectuales, nunca dejan festejar a gusto”, “La música es arte, no puede meterse a análisis cultural”…. Y así muchos ejemplos más, enfermos en indeterminaciones y en la siempre actitud de los diletantes indeseables que no saben contra quién pelean.

Ojalá me equivoque. 

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